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La nutrición



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Sistema digestivo

El cuerpo humano es un sistema perfecto.  Para que funcione cada parte es fundamental. Órganos y tejidos sincronizan sus movimientos a la perfección organizados en sistemas.
El aparato digestivo es un sistema transformador: descompone los alimentos y obtiene nutrientes para que sean absorbidos por nuestro organismo. Ese es nuestro combustible.

¿De dónde obtenemos energía?
Todas nuestras actividades diarias y también las funciones de nuestro cuerpo que realizamos involuntariamente como respirar, parpadear e, incluso, los latidos del corazón, consumen energía. Obtenemos la energía de los alimentos, pero no vale cualquier comida. Para que el sistema funcione, necesitamos que contengan nutrientes, que los obtenemos de los alimentos procesados o no procesados del reino vegetal, animal y mineral. De cada una de estas comidas, nuestro organismo extrae nutrientes vitales: hidratos de carbono, porteínas, vitaminas o lípidos. Todas estas sustancias que están en la naturaleza poseen una estructura química compleja. Para poder aprovecharla, necesitamos transformarla en algo que nos sirva. En eso consiste la digestión.

¿Cómo esta formado el sistema digestivo?
El sistema digestivo está formado por la boca, la faringe, el esófago, el estómago, el intestino delgado y  el intestino grueso.Y, además, por glándulas anexas como el hígado, la vesícula biliar, el páncreas y las glándulas salivales. Cada uno de estos órganos cumple un función específica.

La boca
La digestión no comienza en nuestro estómago sino en la boca, la puerta de entrada de la comida. Los dientes son piezas de tejido duro calcificado que se encargan de procesar y triturar el alimento. Masticar es fundamental. Los dientes, con ayuda de la lengua, trituran el alimento para hacerlo más fácil de tragar. Funcionan de manera muy parecida a las cuchillas de una licuadora. Supongamos que comemos fruta. Entera es muy difícil digerirla, pero para los dientes es muy fácil hacerla pedazos. Los huesos y músculos de la mandíbula son muy fuertes. Por lo tanto, si mordemos con toda nuestra fuerza, un adulto puede hacer una presión de hasta 70kg. Pero cuando los alimentos son demasiados duros, se hace difícil de tragar y, aunque fueran demasiados pequeños, podrían quedar atascados. Por eso, producimos saliva. La saliva es generada por un conjunto de células llamadas glándulas salivales que están en ambos lados de la cavidad bucal. En un día, podemos producir entre un litro y un litro y medio de saliva. La saliva no solo humedece la comida, sino que además posee enzimas que son proteínas que aceleran las reacciones químicas de la digestión y protegen la cavidad bucal de microorganismos. Es decir, actúa como mecanismo de defensa. Salado, dulce, amargo, ácido y umami son sensaciones que hacen que comer sea algo placentero y no solo un proceso mecánico. Estas sensaciones que conocemos como gustos las obtenemos gracias a unos órganos que se llaman papilas gustativas. Estas se encuentran en la lengua. Las papilas gustativas son receptores sensoriales que se encargan de enviar información al cerebro para avisarle sobre el sabor de los alimentos. Además, la lengua colabora en el proceso de masticación. Una vez que los dientes trituran la comida y la saliva la humedece, esta se transforma en una masa húmeda conocida como bolo alimenticio. Este bolo pasa al siguiente engranaje del sistema: la faringe.

La faringe
La faringe es un conducto de unos 12cm de largo que se encuentra por debajo de la cavidad nasal. Es muy particular porque pertenece a dos sistemas: el respiratorio y el digestivo. Cuando trabaja para el sistema respiratorio deja pasar el aire. Cuando trabaja para el digestivo, permite el paso del alimento. Cuando tragamos la comida la laringe se desplaza hacia arriba y la epiglotis, que es un cartílago que se encuentra en su parte superior, se mueve como si fuese la tapa de una chimenea. Cada vez que entra un alimento, cierra el conducto de la laringe y evita que vaya a parar a los pulmones.
Los alimentos se mueven por la faringe y, gracias a la epiglotis,  continúa su camino por el esófago.

El esófago
El esófago tiene unos 25cm de largo. Empieza al nivel del cuello, atraviesa el tórax y llega al diafragma por un orificio llamado hiato esofágico. El desafío de esta parte del sistema es que la comida no obstruya algún punto del trayecto. Para eso, los órganos del aparato digestivo realizan movimientos llamados movimientos peristálticos, que son contracciones y relajaciones de las paredes musculares. Con estos movimientos, las paredes del esófago llevan el alimento en dirección al estómago. Los movimientos peristálticos son involuntarios. Es decir, se producen sin que nos demos cuenta. Mientras el alimento sigue su curso, una serie de procesos mecánicos y químicos convierten el bolo alimenticio en algo más espeso y ácido llamado quimo.

El estómago
El estómago un saco muscular con forma de J capaz de almacenar hasta un litro y medio de comida. Cuando el estómago se agita, bate y licua los alimentos de manera mecánica y libera jugos que realizan una descomposición química. El estómago es capaz de conservar en su interior los ácidos corrosivos y las enzimas que son las encargadas de la descomposición de los alimentos.
Si sumergimos un trozo de carne durante una hora en ácido clorhídrico, que es de lo que está compuesto el jugo gástrico, el alimento queda prácticamente descompuesto para ser absorbido por el cuerpo.
Para termina de entender el funcionamiento del estómago, necesitamos ver cómo está conformado. La capa interna del estómago se llama mucosa y protege al estómago en la digestión. Además produce y libera el jugo gástrico. La capa submucosa está conformada por tejido conectivo que funciona como sostén del órgano y del resto de las capas. La capa muscular es la responsable de los movimientos peristálticos que permiten la digestión mecánica del alimento. Y la capa más externa se llama serosa y es la que reviste todo el estómago.
Además de descomponer alimentos, el ácido del estómago ayuda a eliminar bacterias y otros organismos infecciosos que pudimos haber comido. El estómago prepara el alimento y lo deja listo para ser absorbido por el cuerpo en la siguiente estación.

Intestino delgado
El alimento sigue su recorrido del estómago hacia el intestino delgado donde el cuerpo absorbe la mayoría de los nutrientes que necesita para vivir. El intestino delgado tiene siete metros de longitud. Es tan largo porque así puede absorber la mayor cantidad de nutrientes. Para poder entrar en la cavidad abdominal tiene numerosos pliegues. Está compuesto por tres partes: el duodeno, el yeyuno y el íleon. El duodeno tiene forma de C y conecta al estómago con el intestino delgado. Cuando el alimento, el quimo, ingresa al duodeno es transformado por los líquidos que segregan las glándulas anexas y pasa a llamarse quilo. Así como en la boca las glándulas salivales producen saliva, en el intestino delgado son el hígado, el páncreas y la vesícula biliar.

El hígado, el páncreas, la vesícula biliar
El hígado es un órgano de gran tamaño y color oscuro que produce múltiples funciones: interviene en el metabolismo de los hidratos de carbono y los lípidos y produce proteínas y enzimas. También almacena sustancias como glucosa, vitaminas y hierro. La vesícula biliar es más pequeña y tiene forma de bolsa. Acumula la bilis que produce el hígado. El páncreas tiene dos funciones: la exocrina y la endocrina. Las células exocrinas producen enzimas que se encarga de la digestión de las grasas, de los carbohidratos y las proteínas. En la función endocrina, se liberan hormonas a la circulación como la insulina y el glucagón, que juntas trabajan para mantener el nivel adecuado de glucosa en la sangre. Ya digerido y descompuesto, el alimento recorre siete metros de intestino delgado. En este trayecto el cuerpo absorbe la mayoría de los nutrientes del alimento.

Intestino grueso
Todas las sustancias que no fueron absorbidas en el intestino delgado, llegan a la próxima estación: el intestino grueso, que se conecta con el intestino delgado a traves de la válvula ileocecal. Cada vez que llega el alimento, la válvula ileocecal se relaja y se contrae para regular el movimiento del quilo hacia el intestino grueso. Este mide entre 1 y 2 metros de largo y tiene forma de marco. Está conformado por el ciego, el colon ascendente, el transverso, el descendente, el sigmoideo, el recto y el ano.
El intestino grueso se encarga de absorber el agua que aún queda en el quilo. En su interior hay un conjunto de bacterias que forman la flora bacteriana que es la que se encarga de la fermentación de hidratos de carbono, interviene en la síntesis de vitamina y tiene funciones de defensa y aborsión de distinto minerales. Todos los desechos que no pudimos absorber se acumulan en la última porción del intestino grueso para finalmente ser eliminados.


Sistema respiratorio

El proceso de la respiración implica varias etapas.
El aire, al ser inhalado, ingresa por las fosas nasales y viaja a través del conducto nasal donde es calentado, humedecido y filtrado mediante los cilios, que son pequeños pelitos que se encargan de transportar el moco. Luego, en los senos paranasales el aire termina de acondicionarse y adquirir la temperatura corporal. A continuación el oxígeno atraviesa la faringe y la laringe. En la laringe se encuentran las cuerdas vocales. Estas son pliegues membranosos que mientras están abiertos dejan pasar el aire y cuando se cierran producen una vibración que es la voz. Una vez que atraviesa las cuerdas vocales, el aire continúa su camino por la tráquea (conducto de 12cm de largo formado por anillos de cartílago por fuera y cubierto por una mucosa con cilios por dentro que funciona de filtro) y a la altura del corazón la tráquea se divide en dos bronquios formados por anillos de cartílago cubiertos por una mucosa que están conectados a los pulmones. En su interior, los bronquios se ramifican en numerosos conductos llamados bronquiolos, bronquiolitos y finalmente alveolos.
Los alveolos son sacos de aire asociados entre sí y están rodeados por una red de capilares sanguíneos. La pared o membrana que los recubren es tan fina que permite a las moléculas de oxígeno pasar a los capilares sanguíneos donde se disuelve en el plasma de la sangre y viaja unido a la hemoglobina de los glóbulos rojos. Luego, cuando exhalamos, el dióxido de carbono unido también a los glóbulos rojos atraviesa la pared de los capilares sanguíneos y la de los alveolos y hace el recorrido inverso hasta salir al exterior.  Este proceso, en el cual incorporamos el oxígeno del aire y luego, liberamos el dióxido de carbono, se llama Hematosis.

La respiración celular
Las células usan el oxígeno y la glucosa para producir energía. Para ello, intercambian gases con la atmósfera (respiración externa) y luego, intercambian gases entre la sangre y las células (respiración interna).


Sistema cardiovascular o circulatorio


El sistema circulatorio posee como función el distribuir los nutrientes, oxígeno a las células y recoger los desechos metabólicos que se han de eliminar en la orina, y en el aire exhalado rico en dióxido de carbono (CO2). De toda esta labor se encarga la sangre, que está circulando constantemente. El aparato cardiovascular está conformado por el corazón y un sistema de vías sanguíneas. Tiene otras destacadas funciones: interviene en las defensas del organismo y regula la temperatura corporal.


La sangre
La sangre es el fluido que circula por todo el organismo. Realiza dos circuitos complementarios llamados circulación mayor o general y menor o pulmonar.
La  sangre es un tejido líquido, compuesto por agua y sustancias orgánicas e inorgánicas (sales minerales) disueltas, que forman el plasma sanguíneo y tres tipos de células sanguíneas: glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas.
El plasma sanguíneo es la parte líquida de la sangre y conforma el 55% de la sangre. Es salado, de color amarillento y en él flotan los nutrientes y las sustancias de desecho recogidas de las células.
Los glóbulos rojos se encargan de la distribución de las moléculas de oxígeno (O2). Tienen forma de disco y son tan pequeños que en cada milímetro cúbico hay cuatro a cinco millones. Tienen un pigmento rojizo llamado hemoglobina que les sirve para transportar el oxígeno desde los pulmones a las células.
Los glóbulos blancos o leucocitos tienen una destacada función en el Sistema Inmunológico al efectuar trabajos de limpieza y defensa. Son mayores que los glóbulos rojos, pero menos numerosos (unos siete mil por milímetro cúbico), son células vivas que se trasladan, se salen de los capilares y se dedican a destruir los microbios y las células muertas que encuentran en el organismo. También producen anticuerpos que neutralizan los microbios que producen las enfermedades infecciosas.
Las plaquetas son fragmentos de células muy pequeños, sirven para taponar las heridas y evitar hemorragias.

El corazón
Es un órgano que posee cavidades y está encerrado en la cavidad torácica. En el corazón se distinguen tres capas de diferentes tejidos que, del interior al exterior se denominan endocardio, miocardio y pericardio. El endocardio está formado por un tejido y protege al corazón por dentro. El miocardio es la capa más voluminosa, estando constituido por tejido muscular fibroso.  El pericardio envuelve al corazón completamente.
El corazón está dividido en dos mitades que no se comunican entre sí: una derecha y otra izquierda. La mitad derecha siempre contiene sangre pobre en oxígeno, procedente de las venas cava superior e inferior, mientras que la mitad izquierda del corazón siempre posee sangre rica en oxígeno y que, procedente de las venas pulmonares, será distribuida para oxigenar los tejidos del organismo a partir de las ramificaciones de la gran arteria aorta.
Cada mitad del corazón presenta una cavidad superior, la aurícula, y otra inferior o ventrículo, de paredes musculares muy desarrolladas. Exiten, pues, dos aurículas: derecha e izquierda, y dos ventrículos: derecho e izquierdo. Entre la aurícula y el ventrículo de la misma mitad cardíaca existen unas válvulas llamadas válvulas auriculoventriculares que se abren y cierran continuamente, permitiendo o impidiendo el flujo sanguíneo desde el ventrículo a su correspondiente aurícula. Cuando las gruesas paredes musculares de un ventrículo se contraen (sístole ventricular), la válvula auriculoventricular correspondiente se cierra, impidiendo el paso de sangre hacia la aurícula, con lo que la sangre fluye con fuerza hacia las arterias. Cuando un ventrículo se relaja, al mismo tiempo la aurícula se contrae, fluyendo la sangre por esta sístole auricular y por la abertura de la válvula auriculoventricular.
Como una bomba, el corazón impulsa la sangre por todo el organismo. Primero se llenan las cámaras superiores o aurículas, luego se contraen, se abren las válvulas y la sangre entra en las cavidades inferiores o ventrículos. Cuando están llenos, los ventrículos se contraen e impulsan la sangre hacia las arterias. El corazón late unas setenta veces por minuto y bombea todos los días unos 10.000 litros de sangre.
El latido del corazón está formado por dos movimientos:
  • sístole, cuando el corazón se contrae y expulsa la sangre, y
  • diástole, cuando el corazón se relaja y recibe la sangre.
Para que se den dichos movimientos el corazón necesita de un impulso eléctrico producido por un sistema celular llamado Nódulo Sinusal, ubicado en la aurícula derecha. Dicho impulso se transmite por un tejido que recubre al corazón.









Las vías sanguíneas
Las arterias, capilares y venas son conductos musculares elásticos que distribuyen y recogen la sangre de todos los rincones del cuerpo.
Se denominan arterias a aquellos vasos sanguíneos que llevan la sangre, ya sea rica o pobre en oxígeno, desde el corazón hasta los órganos corporales. Las grandes arterias que salen desde los ventrículos del corazón van ramificándose y haciéndose más finas hasta que por fin se convierten en capilares, vasos tan finos que a través de ellos se realiza el intercambio gaseoso y de sustancias entre la sangre y los tejidos celulares. Los capilares van reuniéndose en vénulas y venas por donde la sangre regresa a las aurículas del corazón.
Las arterias son vasos gruesos y elásticos que nacen en los ventrículos, aportan sangre a los órganos del cuerpo. Del corazón salen dos arterias:
1) El tronco pulmonar que sale del ventrículo derecho y lleva la sangre a los pulmones y
2) La aorta que sale del ventrículo izquierdo forma el arco aórtico (cayado) del cual emergen arterias para la cabeza, el cuello y los miembros superiores, desciende como aorta tóracica y al atravesar diafragma cambia a aorta abdominal que irriga las estructuras abdominales. Finalmente se divide en dos arterias ilíacas. De la aorta se originan las siguientes ramas: las carótidas (aportan sangre oxigenada a la cabez), Subclavias (aportan sangre oxigenada a los miembros superiores), Hepática (Aporta sangre oxigenada al hígado), Esplénica (aporta sangre oxigenada al bazo), Mesentéricas (aportan sangre oxigenada al intestino), Renales (aportan sangre oxigenada a los riñones), Ilíacas (aportan sangre oxigenada a los miembros inferiores), Tronco Celíaco (as un arteria de la aorta abdominal que da irrigación al estómago, hígado y bazo), Miembros Superiores (de la subclavia se forma las axilar que se transforma en braquial y ésta en radial y ulnar que se unen en mano formando los arcos arteriales), Miembros Inferiores (de la ilíaca externa se forma la femoral que se continúa como tibial y fibular).
Los capilares son vasos sumamente delgados en que se dividen las arterias y que penetran por todos los órganos del cuerpo, al unirse de nuevo forman las venas.
Las venas son vasos de paredes delgadas y poco elásticas que recogen la sangre y la devuelven al corazón, desembocan en las aurículas. En la aurícula derecha desembocan:
- la Cava superior formada por la unión de las venas braquicefálicas: yugulares que vienen de la cabeza y las subclavias que proceden de los miembros superiores (venas braquiales, cefálica y basílica).
- La Cava inferior a la que van las Ilíacas que vienen de los miembros inferiores, las renales de los riñones, la suprahepática del hígado y genitales.

Las vías sanguíneas
Las arterias, capilares y venas son conductos musculares elásticos que distribuyen y recogen la sangre de todos los rincones del cuerpo.
Se denominan arterias a aquellos vasos sanguíneos que llevan la sangre, ya sea rica o pobre en oxígeno, desde el corazón hasta los órganos corporales. Las grandes arterias que salen desde los ventrículos del corazón van ramificándose y haciéndose más finas hasta que por fin se convierten en capilares, vasos tan finos que a través de ellos se realiza el intercambio gaseoso y de sustancias entre la sangre y los tejidos celulares. Los capilares van reuniéndose en vénulas y venas por donde la sangre regresa a las aurículas del corazón.
Las arterias son vasos gruesos y elásticos que nacen en los ventrículos, aportan sangre a los órganos del cuerpo. Del corazón salen dos arterias:
1) El tronco pulmonar que sale del ventrículo derecho y lleva la sangre a los pulmones y
2) La aorta que sale del ventrículo izquierdo forma el arco aórtico (cayado) del cual emergen arterias para la cabeza, el cuello y los miembros superiores, desciende como aorta tóracica y al atravesar diafragma cambia a aorta abdominal que irriga las estructuras abdominales. Finalmente se divide en dos arterias ilíacas. De la aorta se originan las siguientes ramas: las carótidas (aportan sangre oxigenada a la cabez), Subclavias (aportan sangre oxigenada a los miembros superiores), Hepática (Aporta sangre oxigenada al hígado), Esplénica (aporta sangre oxigenada al bazo), Mesentéricas (aportan sangre oxigenada al intestino), Renales (aportan sangre oxigenada a los riñones), Ilíacas (aportan sangre oxigenada a los miembros inferiores), Tronco Celíaco (as un arteria de la aorta abdominal que da irrigación al estómago, hígado y bazo), Miembros Superiores (de la subclavia se forma las axilar que se transforma en braquial y ésta en radial y ulnar que se unen en mano formando los arcos arteriales), Miembros Inferiores (de la ilíaca externa se forma la femoral que se continúa como tibial y fibular).
Los capilares son vasos sumamente delgados en que se dividen las arterias y que penetran por todos los órganos del cuerpo, al unirse de nuevo forman las venas.
Las venas son vasos de paredes delgadas y poco elásticas que recogen la sangre y la devuelven al corazón, desembocan en las aurículas. En la aurícula derecha desembocan:
- la Cava superior formada por la unión de las venas braquicefálicas: yugulares que vienen de la cabeza y las subclavias que proceden de los miembros superiores (venas braquiales, cefálica y basílica).
- La Cava inferior a la que van las Ilíacas que vienen de los miembros inferiores, las renales de los riñones, la suprahepática del hígado y genitales.


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